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miércoles, 14 de diciembre de 2011



El químico francés Michel Eugène Chevreul (Angers,1786-París,1889) identificó por primera vez en los cálculos de la vesícula biliar, una sustancia que nombró colesterina (del griego kole:bilis y stereos:sólido) y que posteriormente ha sido conocida como colesterol. Se sabe que las personas con niveles de colesterol en sangre por encima del límite recomendado tienen mayor riesgo cardiovascular, que aquellas con valores normales de colesterolemia.

El colesterol es un lípido (grasa) presente en los tejidos corporales y en el plasma sanguíneo de los vertebrados, imprescindible para la vida por sus numerosas funciones. Actúa como precursor de la vitamina D, esencial en el metabolismo del calcio, de las hormonas sexuales: progesterona, estrógenos y testosterona, de las hormonas corticoesteroidales: cortisol y aldosterona y es precursor de las sales biliares: esenciales en la absorción de algunos nutrientes lipídicos y vía principal para la excreción de colesterol corporal. Se presenta en altas concentraciones en el hígado, donde se elabora naturalmente, en la médula espinal, en el páncreas y en el cerebro.

Es transportado a las células, a través del torrente circulatorio, por moléculas complejas denominados lipoproteínas. Dos de las lipoproteínas más importantes son las de baja y alta densidad (según siglas en inglés, LDL y HDL respectivamente). El colesterol total en sangre es la suma del colesterol transportado por estas y por otras lipoproteínas. Su elevada concentración de en la sangre (hipercolesterolemia) puede tener diversos orígenes, entre ellos el de índole genético, aunque el más común se debe a la ingestión demasiado abundante de grasas animales por lo que su reducción se logra con una dieta adecuada. Las tasas de colesterol tienden a aumentar a lo largo de la vida adulta, hasta los 65 años en el varón y hasta los de los 75 años en la mujer, para luego descender paulatinamente.

Colesterol “bueno y malo”.
Cuando la sangre contiene demasiado colesterol LDL, éste comienza a acumularse sobre las paredes de las arterias formando un material denominado «placa», que les resta elasticidad y reduce su diámetro, lo que dificulta el flujo sanguíneo normal, iniciándose así el proceso de la enfermedad aterosclerótica. Como los niveles elevados de colesterol LDL están relacionados con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, a menudo se lo denomina «colesterol malo». La elevación del colesterol LDL está generalmente vinculada a una dieta alta en grasa saturada, colesterol o ambos. Algunas enfermedades, tales como el nivel bajo de la hormona tiroidea, también pueden producirla.

El colesterol transportado por las lipoproteínas de alta densidad a menudo se denomina «colesterol bueno», porque los niveles elevados del colesterol HDL están relacionados con un menor riesgo cardiovascular. Se cree que las partículas de HDL transportan el colesterol de las células al hígado, donde ha de ser eliminado. Un nivel bajo de colesterol HDL, es considerado uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Tal nivel se encuentra en los individuos sedentarios, los obesos, los fumadores, los pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2, en los hombres más que en las mujeres (el estrógeno aumenta el HDL). Un estudio realizado por investigadores franceses muestra la relación entre los bajos niveles en sangre del colesterol "bueno" HDL y el déficit intelectual experimentado por el hombre a partir de los 60 años.

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